La invitación de este martes en San Francisco, un show teóricamente enfocado en las tabletas iPad, va llena de hojas de colores en un tiempo otoñal. Muy al estilo de cuando presentaron los iPhone 5C. No queda claro si en unas horas se desvelarán tabletas con carcasas de colores o serán fundas más animadas. Lo que sí parece claro es que el iPad Mini tendrá, por fin, pantalla de alta definición, la denominada Retina según el márketing de la manzana, y que el iPad clásico será más ligero (se comenta que hasta una cuarta parte) y delgado.
“Tenemos un montón de cosas que cubrir”, rezaba el texto enviado por Apple a la prensa. Pueden ser las fundas, sí, pero también, ¿por qué no? que hagan algo más que encender el aparato al abrirse y cerrarse. Microsoft ya ofrece un teclado con exterior aterciopelado en las dos versiones de Surface y uno de los complementos más vendidos en ambos modelos de iPad es un teclado de Logitech que, a la vez, protege la tableta. Esta es la apuesta de Jamie Ryan, antiguo trabajador de Apple reconvertido en analista.
Se da por seguro un salto en los procesadores para igualarse con el iPhone 5S, pero no se espera que incluya el sensor de huellas dactilares en las tabletas. A la cámara, cuyos resultados dan una sensación poco luminosa y algo granulada, le espera un remozado. Lo lógico es que pase de los cinco actuales a los ochos megapíxeles por lo menos. Lo mismo sucedería con la grabación de vídeo a cámara lenta que ya ofrece la nueva hornada de los iPhone.
Se da por seguro un salto en los procesadores
para igualarse con el iPhone 5S, pero no se espera que incluya en las
tabletas el sensor de huellas dactilares
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